La vivienda está situada en la tercera planta de un edificio de la Ronda Sant Antoni. En origen disponía de tres dormitorios, una cocina, un baño y un salón/comedor. El proyecto prevé el derribo de todos los tabiques y una nueva configuración del espacio para adaptarlo a las exigencias de una sola persona, que vivirá y trabajará en el. La distribución sigue la división marcada por el muro de carga central: de un lado un amplio salón/comedor/cocina hacía la fachada principal; del lado interior, hacia el patio de luces, el baño con doble acceso desde la entrada y desde el dormitorio.

Se recupera en la zona de día el pavimento hidraulico original que estaba escondido debajo de un parquet laminado, mientras que en la zona privada se coloca un pavimento de microcemento verde oscuro.

Se recuperan todas las carpinterías originales: se mejoran las características acústicas y térmicas de las exteriores colocando doble cristales, y se reutilizan y re-ubican las interiores para diferentes funciones: correderas en el baño, a librillo en el vestidor y batiente para el cierre del cuarto de instalaciones, ubicado justo al fondo del pasillo y enfrentado con la puerta de entrada.

La cocina, dibujada a medida, será el escenario de jams musicales de la dueña, donde la isla se convertirá para la ocasión en mesa de sonido. 

El resultado final es un espacio luminoso, fluido y de multiples recorridos.

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